POR RAFAEL MÉNDEZ
La ordenanza que estableció y reglamentó el Programa Semipresencial para Adultos, conocido como PREPARA, tomó como base de que, en ese momento, hace más de 15 años, en la República Dominicana el 13 por ciento de la población mayor de 15 años era analfabeta, un 47 por ciento no concluía la Educación Básica y apenas un 27 por ciento de los mayores de 19 años finalizaba el bachillerato.
El objetivo del programa referido es articular una oferta educativa compatible con los horarios de trabajo y con las responsabilidades familiares de los participantes, que asistirían a un ciclo de aprendizaje de siete horas a la semana, y tendrían un costo anual de ochocientos pesos.
Logramos que se exonere se exonerara motivado en que la Constitución de la República establece que “compete al Estado ofrecer educación gratuita en los niveles iniciales, básicos y medio a todos los habitantes del país”, y que de mantenerlo se estaría contraviniendo ese postulado de nuestra carta magna.
Con justicia debemos reconocer que el presidente Danilo Medina obtemperó a nuestra petición, por lo que impartió instrucciones al Ministerio de Educación para que dejara sin efecto ese cargo, con lo que el Estado sacrificó más de 50 millones de pesos que le ingresaron por tal concepto.
Por ser modalidad de tanda extendida le corresponde el desayuno y el almuerzo. En su inmensa mayoría se trata de padres y madres, algunas de edad avanzada y madres solteras que provienen de sectores vulnerables.
El segundo elemento nodal es que la ordenanza que crea el Programa PREPARA establece que es “tanda extendida”, y siendo esa su modalidad le corresponde el desayuno y el almuerzo.
Desde mi condición de legislador asumí esa bandera de lucha, y sometí un proyecto de resolución que fue aprobado a unanimidad por el pleno de la Cámara de Diputados, personalmente se la entregamos al ministro de Educación de ese momento, el doctor Amarante Sánchez Baret.
Estrato social estudiantil
La inmensa mayoría de los estudiantes de PREPARA son madres y padres de familia, muchas a avanzada edad, madres solteras con un alto deseo de superación, pero con una característica común, y es que en su mayoría provienen de sectores vulnerables, por lo que entendemos que es de justicia atender esa necesidad sentida.
Después de tantos reclamos, por diferentes vías, albergamos la esperanza de que las nuevas autoridades educativas dispondrán la correspondiente evaluación de esta petición, con lo que se le daría mayor nivel de estabilidad al programa, ya que resulta penoso verlos esos jóvenes al medio día en las calles tratando de “cuadrar” una comida, por lo que muchos de ellos no regresan a clase” tratando de cuadrar una comida, por lo que muchos de ellos no regresan a clase.