Desde la era prehistórica, la uva cuyo nombre científico es Vitis vinífera, ha sido uno de los cultivos con más presencia a nivel mundial, investigaciones realizadas revelan que es procedente de Asia y que a través del tiempo se esparció por Europa, llegando desde ahí al continente americano.
Actualmente Europa nos ofrece el 50% de la producción total del mundo, siguiéndole Asia en segundo orden.
Esta apetitosa fruta se ha constituido en un símbolo cultural y agrícola para el desarrollo autosostenible de muchos países del orbe, utilizándose primordialmente para la fabricación del vino, mermelada, conserva, jarabe, jalea, siendo sus semillas utilizadas para la fabricación de aceite y la disecación de sus racimos para obtener uvas pasas, convirtiéndose en un alimento que ofrece al cuerpo humano vitaminas y minerales, actuando como un antioxidante por excelencia que desde tiempos remotos ha realizado innumerables beneficios a favor de la salud.
Conclusiones de lecturas realizadas, arrojan que Cristóbal Colón en su segundo viaje las trajo primero a la Isla La Española en el año 1494, luego es Hernán Cortés como Escribano Público del Ayuntamiento de Azua quien se dedica a cultivarlas en el año 1506 en los predios de Neyba y Azua, ambos municipios de la República Dominicana, pasando luego a Cuba donde ocupó el cargo de Gobernador y finalmente entra a México en calidad de Conquistador, culminando su misión de establecer los viñedos para la elaboración del vino en toda América, cumpliéndose el deseo de los españoles, ya que, por el ímpetu, sintieron la motivación de ir implementando el cultivo en el continente americano, convirtiéndose el Conquistador Hernán Cortés en el principal promotor del cultivo de la vid.
Llegando la siembra de esta fruta hasta la República Dominicana, siendo el Padre de la Vitivinicultura local el Señor Horacio Vásquez (PAPÁ VÁSQUEZ).
Es importante señalar que el cultivo de la uva se ha expandido por a otras localidades, entre las que mencionamos: Montecristi, Azua, San José de Ocoa y Monte Plata, entre otras, pero existen algunas regiones donde las tierras son más idóneas, por las circunstancias climatológicas y es en los municipios de la provincia Bahoruco: Neyba, Galván y Los Ríos, donde se inicia la producción de uvas disgregada en 3000 tareas, las cuales han impactado en la sostenibilidad de 110 productores del preciado fruto, que siembran variedades de uvas en el valle de Neyba, dentro de estas variedades de vid, mencionamos: Aramón Criolla, Tempranillo, Colombard y Red Globe.
La cultura vitivinícola ha calado tanto que hoy se cuenta con la Ruta Cultural de la Uva y el Vino y la Plaza Turística del Vino, ya que existen más de quince 15 variedades de vino. Durante todo el año excursionistas y turistas se dan cita visitando los parrales y consumiendo el vino y otros derivados.
En el acontecer de la época los pobladores de la jurisdicción se han manejado en condiciones muy rudimentarias, sin perder la fe, aspirando a especializarse con tecnologías de cultivos actualizadas, asumiendo el reto de establecer mecanismos para elevar la calidad de las diferentes variedades de la vid.
Por tal motivo, se llevó a cabo la creación del Instituto Nacional de la Uva (INUVA) con asiento en la Ciudad de Neyba, a fin de ofrecer capacitación y apoyo técnico a los productores de uva y proveerle herramientas para la industrialización y mercadeo de los derivados en la República Dominicana.
Al pasar los años la uva se ha convertido en un estandarte de la identidad cultural de Neyba, siendo catalogada la Ciudad de la Uva y el Vino, estando presente en la literatura y la música local, incluso quien le escribe ha dedicado un canto en su honor, titulado “TIERRA DE UVAS”, que dice así:
TIERRA DE UVAS
Desde que la siembra da calor a nuestra tierra,
manos abonando raíces que sustentan
parrales nativos que se entretejen en la sierra
preñada de óvulos que destilan el néctar.
Nuestros cultivadores plantaron variedades:
Aramon, Málaga, Cabernet y Red Globe,
sacándole potencial a nuestro valle,
desde donde crecen con luminoso follaje.
Es la uva hoy quien nos representa,
como fruto cumbre es nuestra bandera
que exhibimos todos en ferias y fiestas,
siendo apetecible hoy en nuestro Neiba.
De ella brota el vino que nos da la marca,
embriagando el alma con perlas moradas,
perfumando el viento que el sol esperaba,
saboreo la uva que me imaginaba.
Autor: Ramón de Jesús Núñez Duval
País: República Dominicana
Derechos reservados de autor.